MaXXXine

De la trilogía de terror de West, la parte más débil, aunque como imitación de los sucios y sangrientos slashers clase B de los años 80, es realmente una delicia desde el punto de vista audiovisual. La película juega con habilidad con la estilización de la época (alquiler de VHS, efectos prácticos de gore), con el entorno de la fábrica de sueños y entretenimiento en declive (la trama ambientada en Hollywood y en los escenarios de rodaje del estudio Universal) y con numerosas referencias a otros horrores y citas de motivos y clichés del género correspondiente. Sin embargo, el guion carece de sofisticación y elaboración del episodio medio de la serie y más bien se acerca cualitativamente a aquellas viejas y tontas películas de terror, a las que rinde homenaje ostensiblemente. (06.07.2024)

Entonces West nos cerró su trilogía texana-hollywoodense libre y ahora se puede ver una parábola en ella. Con X West nos deslumbró con un estilo visual retro muy bien logrado, aunque el guion simple no era exactamente deslumbrante. Luego vino Pearl, un estudio de personajes de terror bastante admirable y destacado (o anomalía) de toda la trilogía, e incluso de todo el catálogo del director. Con MaXXXine West volvió más bien al principio, es decir, a la victoria de la forma sobre el contenido. En papel parece un poco sin terminar, poco pulido. Tal vez el director esté un poco cansado creativamente. Aún así, es muy divertido, tiene un gran aspecto visual y la ambientación a mediados de los 80 parece completamente creíble. Ti West nunca ha sido un fuerte guionista, pero le gusta el cine, le gusta hacer cine y también le gusta citar a clásicos del género. Después de la genial Pearl, una ligera decepción, pero aún así un buen entretenimiento sin pretensiones. [KVIFF 2024] (06.07.2024)

Ti West completed his trilogy of horror movies starring Mia Goth with a spectacular ultra-pastiche that in a certain respect not only tops off the series and the director’s filmography to date, but also the entire filmmaking tradition of decadent genres. Since time immemorial, all trash filmmakers have longed for acceptance and recognition, which means studio facilities and shooting in Hollywood. West’s trilogy about the alluring nature of filmmaking and promises of fame ends there. The director absolutely delights in the eclectic composition of allusions and references. His film radiates enthusiasm for the high and the low, thus setting side by side allusions ranging from porn to Chinatown, from American trash to giallo, and from Psycho to The Long Goodbye. Taking full advantage of the fulfilled dream of making his film under the wing of the celebrated Universal Studios, he stages a fannish tour of not only iconic locations in L.A., but mainly Universal’s outdoor sets. In so doing, he recalls the VHS era, highlights genre movies made by ambitious female directors and settles accounts with the religionists and moralists who protested against trash filmmakers and their works in the 1980s. However MaXXXine still primarily remains a hedonistic genre fantasy that doesn’t aim for historical accuracy (e.g. female directors were given room to work by Corman, not by the major studios). The main denominator here is the filmmaker’s own joy and, ideally, that of viewers having the same mindset. We could reach for the word Tarantino-esque, but that would be inadequate and limiting in any case. Because whereas Tarantino makes ultimate paraphrases of his favourite genres by ingeniously twisting iconic moments with his screenwriting, West outright composes an enthusiastic tribute that makes do with a fetishistic reconstruction that isn’t much more sophisticated than its inspirations in terms of screenwriting, but is joyfully informed by those films and enthusiastically revels in the possibilities that present themselves (which is perfectly confirmed by the closing vanity shot). (30.06.2024)